domingo, marzo 23, 2008

En Pushkar de vacaciones de las vacaciones

Llegamos a la terminal de Ajmer cerca del medio día, pedimos mapas en la oficina de turismo de la estación, y salimos rumbo a la terminal de micros (Pushkar queda a unos 15 km. de Ajmer, así que teníamos que tomar un cole para poder llegar). Como siempre, un insistente Cycle-rickshaw se nos pegó. A nosotros nos parecía una bestialidad que nos lleve a los dos con las mochilas, pero al final nos cansó y aceptamos. Creo que tardamos más que caminando, pero llegamos. El pibe quedó muerto, y probablemente se gastó la plata que le pagamos en agua y comida para recuperarse, pero bue, así es aca. Caminamos un poco por la terminal hasta dar con el cole que nos llevaba. Dejaba bastante que desear, pero por suerte no iba completamente lleno, como otros que hemos visto.


El viaje de media hora en cole estuvo bueno. Salimos de Ajmer y enseguida empieza a subir una montañita, que es lo que mantiene a Pushkar un poco aislado (tiene un poco más de 10000 habitantes) de la gran ciudad. Al llegar a Pushkar la idea era ir a ver un par de hostels que teníamos anotados y decidir en el momento, pero cuando empezamos a caminar por el bazar (la calle principal, llena de negocios y que practicamente rodea el lago de PUshkar), nos cruzamos con una señora y una chica, Mari les preguntó donde estaban parando y terminamos yendo al mismo hotel que ellas. Un hotel espectacular, un poco apartado del pueblo, pero en el medio de campos muy verdes y una linda vista a las montañas, con un parque para comer y pileta. Todo un lujo!


Además de recomendarnos el hotel, las chicas nos comentaron que estaban haciendo un curso para aprender a hacer cosas en plata. Nos gustó la idea, así que Mari fue a averiguar y terminamos arreglando para hacer el curso inicial de 3 días, empezando un par de días después, así que ese día lo dedicamos a descansar y recuperarnos, y al otro día fuimos de vuelta a Ajmer para cambiar las fechas de los pasajes siguientes, así nos daban los días para quedarnos en Pushkar.
Esa tarde (perdimos un montón de tiempo con lo de los pasajes, como siempre) fuimos para el bazar, a caminar un rato esperando el atardecer. Pushkar es un pueblo muy importante para los Hindues, ya que en el centro del pueblo está el lago Pushkar, considerado sagrado. El lago está rodeado por la calle principal, y en una de las puntas de esta calle (bazar principal) está el único templo Hindú dedicado al dios Brahama (dios de la creación). Por ser un pueblo sagrado la ciudad tiene templos por todos lados, y además es famosa por ser el lugar donde se realiza la feria de camellos una vez por año (una especie de Feria Rural, pero sólo con camellos).

Cerca del atardecer fuimos al punto donde recomiendan ver la caida del sol, sobre el lago. Primero habíamos tratado sin exito de acercarnos al lago, porque cada vez que tratábamos de bajar una escalera para acercarnos, algún grupo de pibes venía y nos decía que teníamos que tirar una flor al lago, porque era sagrado, y obviamente pedían plata a cambio. Al llegar al punto para ver el atardecer nos dimos cuenta que era todo verso, porque estaba lleno de turistas disfrutando de la vista como si nada.


El tercer día comenzamos con el curso introductorio de joyeria en plata. La primera clase fue muy interesante porque el profe nos explicó las diferentes concentraciones de plata necesarias para cada cosa, los acidos usados para unir plata, limpiarla, etc. Durante esa clase creamos nuestra primera obra, así que al terminar la clase (de 4 horas), ya teníamos una pieza hecha cada uno!

Los siguientes días los pasamos relajandonos, perfeccionando nuestro manejo de la plata (Mari la tiene clara, pero yo un desastre!) y disfrutando de Pushkar. Como dijimos es un pueblo muy chico pero muy bien preparado para el turismo, con gran variedad de restaurants, en las terrazas de las casas altas, con jardines, etc como el Little Tibet, uno de los preferidos.

Ademas seguimos organizando el resto del viaje por India, sacamos los pasajes de tren por internet aprovechando que la conexion era buena e hicimos varias compras de ropa en el bazaar.

Jaipur, la ciudad Rosa - Primera parte

El viaje en tren desde Delhi hacia Jaipur transcurrió sin problemas, intercambiando charlas con algunos Hindues que desfilaban entre estaciones, unos turistas españoles y una sueca. Las 5 horas se pasaron volando y a la noche ya estábamos en Jaipur.
Los trenes en general son bastante pasables, aunque no llegan al nivel de Egipto.
Además, como en todas partes, está atestado de gente, se te sientan al lado (no importaba que ya estabamos sentados las 3 personas con asientos numerados, siempre se sentaban uno o dos más, sin asiento...) y muchos deambulan por los vagones sin rumbo, al parecer.

El hostel que teníamos reservado quedaba cerca de la estación, por lo que decidimos buscarlo caminando. Estuvimos más de media hora buscando sin éxito, empezamos a preguntar (siempre tratamos de no preguntar de una, porque hay mucha gente poco confiable que trata de sacar ventaja-plata del turista). Las indicaciones fueron bastante vagas, pero finalmente pudimos encontrar el hostel, desembarcamos y pedimos una comida Hindú (Thali). Optamos por cenar en la habitación, porque la supuesta terraza del hostel dejaba muchísimo que desear. Nuestro primer encuentro con comida 100% Hindú fue bueno y no tuvo consecuencias para nuestra salud, por suerte.


Al día siguiente salimos a caminar para el lado de la parte vieja de Jaipur. Jaipur es conocida como la ciudad rosa, ya que con motivo de la visita del principe británico Albert, a mediados del siglo 19, la ciudad fue pintada toda de rosa y para mantener la tradición, aún hoy muchísimas partes están pintadas de este color. La parte vieja está totalmente rodeada por una pared de protección muy antigua, con varias entradas y es en la que más se puede apreciar el abundante color rosa de la ciudad. Este sector es un gran mercado con algunas avenidas, muchas callecitas e infinidad de negocios de todo tipo. También aca empezamos a notar el otro gran amigo del Hindú que comprate las calles con las vacas y la gente: los monos.


Paseamos un rato por el la zona (el calor se empezó a sentir, más de 32 grados), pasamos por el Palacio de los vientos (no entramos porque justo en la entrada un turista nos dijo que no valía la pena) y nos fuimos para el Palacio de la ciudad, un complejo que incluye museos y un observatorio. Lo primero que hicimos en el area fue ir al observatorio (Jantar Mantar), del siglo 18. Con la ayuda de un guía comprendimos como se calculaba la hora con una precisión de 2 segundos, se interpretaban los augurios por el nacimiento de un niño de acuerdo al momento exacto del nacimiento (año, mes, día y hora), etc.



Después del observatorio nos cruzamos al Palacio, con un hall principal interesante, con ciudadores Hindues vestidos con ropas típicas, que intentaban sacar unas rupias posando para las fotos. Uno se me acercó a charlar y cuando le dije que era Argentino intentó cambiarme un billete de 2 pesos!!!

Entramos al museo que tiene pinturas de la época Mughal y de diferentes Rajas, una colección de sillas usadas para transportar a los Rajas, ropa de época (siglo 18 y 19) y otras cosas. Después del museo cruzamos al sector del palacio donde habita el actual Maraja (hasta donde sabemos, una especie de gobernador, pero no está claro cual es la función actual). No entramos a las habitaciones del palacio porque un tour por esa parte cuesta carísimo (más de 100 USD).

Para cerrar la visita, almorzamos comida Hindú en el restaurant del palacio, donde un pibe bailó música Hindú tocada por el padre con un instrumento muy extraño, durante toooooda la comida (espectaculo bastante decadente...). A la tardecita fuimos a caminar por el mercado, y vimos todo tipo de cosas que no dejan de sorprender, como el vendedor de hielo que se ve en la foto.


El segundo día en Jaipur lo utilizamos mayormente para reservar pasajes de tren a los lugares que iríamos en el futuro. Perdimos un montón de tiempo con esto, entre ir a la estación, hacer colas interminables y muy desorganizadas (las colas en India crecen de largo y de ancho por igual), evaluar opciones de ir en colectivo y demás.
Finalmente, sacamos pasajes para Ajmer al día siguiente, para ir hasta Pushkar. También sacamos la vuelta hacia Jaipur y el pasaje desde Jaipur hasta Agra.
En la mañana del tercer día salimos en tren hacia Ajmer, con objetivo final Pushkar.

El Vaticano y más Roma

El tercer día de nuestra aventura romana arrancamos temprano (aunque no lo suficiente) para el lado del Vaticano. Para cuando llegamos ahí, a eso de las 9 de la mañana, la cola para entrar al museo del Vaticano era de unas cuantas cuadras. Suponemos que la exagerada cantidad de gente se debía a que era el último domingo del mes, día en el cual la entrada al museo del Vaticano es gratis.

Estuvimos más de 2 horas hasta poder entrar, y encima cuando entramos había una cantidad de gente impresionante, hasta el punto que en algunas partes del museo se armaban unos embotellamientos al me
jor estilo transito de la General Paz. Le dimos una pasada rápida al museo, rumbo a los platos fuertes: los cuartos de Rafael y la Capilla Sistina. Nos encantó la forma en la que está presentado el museo, ya que uno va notando cierta evolución en la parte de pinturas, hasta llegar a los cuartos de Rafael, donde el realismo es notable. La Capilla estaba atestada de gente, con un ruido terrible, pero igualmente estuvimos bastante rato mirando.

Después de ver esa parte salimos del museo rumbo a la basílica de San Pedro y la plaza.
Nuevamente tuvimos que hacer una desorganizada cola para poder entrar a la basílica. Pero realmente valió la pena. No importó nuestro "desgaste" por ver tantas iglesias, la basílica es totalmente distinta. Por lejos, la mejor iglesia que hemos visitado, con detalles por todos lados, desde las puertas enormes hasta el altar en medio de la nave, incluyendo la Piedad de Miguel Angel cerca de la entrada.


Estando en la basílica entró en un momento un grupo de curas y fieles, cantando, a modo de desfile. Fue gracioso recordar con Mari que un año atrás estábamos viendo también un desfile en Australia, pero muy diferente: el Mardi Grass. Para terminar nuestra visita a la basílica subimos a la cúpula, diseñada por Miguel Angel.

A la tardecita, para cuando terminamos, decidimos quedarnos un rato en la plaza para ver la basílica de noche. Para hacer tiempo fuimos hasta el Castillo Sant Angelo, aunque no entramos. Volvimos a la plaza, sacamos unas fotos (muy cómico que la policia no nos dejó poner el trípode en la plaza, pero sí lo podías hacer 1 metro afuera, donde estaba lleno de gente con tripodes!), y nos fuimos caminando para la Fontana de Trevi, para verla de noche.


El cuarto día en Roma fuimos a la iglesia de San Clemente, la plaza e iglesia Santa Maria Magiolo, e intentamos (sin éxito porque estaban cerrados) ver el museo Romano y las termas de Caralla, todo esto moviéndonos a pie por las calles romanas. A la noche cerramos cenando pizza y pasta en nuestra Trattoria de cabecera (incluyendo quesos y tiramisu de postre) El último día en Roma tuvimos que cambiar de hotel, porque el que estabamos estaba reservado. El cambio fue malo, pero por suerte fue sólo una noche. Durante el día fuimos al museo Romano (está dividido en 4 edificios), a la parte que está en el Palacio Massimo (pudimos aprender un poco sobre la evolución del arte Romano, basado fuertemente en el arte Griego, y que debe su evolución al poderío económico que alcanzó Roma gracias a sus conquistas bélicas), y el Palacio Altense.
Para cerrar la visita volvimos a pasar por la plaza del Popolo y la plaza España.

Al día siguiente, bien temprano, salimos para el aeropuerto rumbo a Londres.

miércoles, marzo 19, 2008

Nueva Delhi, India

Empezamos nuestro camino al subcontinente Indio con una propuesta de British Airways de viajar al día siguiente por una supuesta sobreventa de pasajes. Por lo flexible de nuestro viaje, la propuesta de quedarnos en un lindo hotel una noche más en Londres con todo pago no era para nada mala, pero al final parece que se solucionó el tema y pudimos subirnos al avión.
Después de un vuelo de 8 horas llegamos a Nueva Delhi. El cambio de continente lo sentimos inmediatamente en la suciedad del aeropuerto, la desorganización de las colas y lo "espeso" del aire.
Terminamos el trámite en migraciones después de 1 hora de cola, atendidos por un agente que sólo hablaba Hindi y que, luego de preguntarnos varias cosas sin que pudiésemos contestar ninguna, nos selló la entrada y dejó pasar.
Recogimos nuestras mochilas que milagrosamente estaban ahí y salimos a la realidad. Eran las 5:30 de la mañana en y todavía era noche cerrada. Por suerte encontramos al taxista que mandó el hotel a recogernos y salimos juntos a la calle. Las primeras sensaciones fueron parecidas a las de El Cairo, con el agregado de una espesa bruma, mucha más gente por todos lados e infinidad de risas y miradas hacia nosotros.
Tras 45 minutos en taxi llegamos al hotel, en el medio del bazar principal, con muchísimas callecitas angostas, vacas y perros por todos lados, y muy sucio, aunque de noche no lo pudimos "apreciar" en todo su esplendor.
Después de una corta siesta matinal para recuperarnos un poco del cambio horario (6 horas de diferencia con Londres), salimos a caminar por la ciudad al medio dia. Lo primero que sentimos fue el cambio de temperatura y el olor a mezcla de pis, mierda y basura que hay por casi todas las calles que recorrimos en Delhi.
Recorrimos primero la zona del Bazar y Conaugh Place (una especie de zona más paqueta, siempre al "estilo Delhi"), y con esto tuvimos un compacto de India en minutos: caos de gente, infinidad de moto-Rikshaws (ciclomotores con 2 ruedas traseras y asiento para llevar gente en la parte de atrás), cycle-Rickshaws (como las moto-Rickshaws, pero en este caso el escualido conductor pedalea para llevarte...), motos, buses y autos, sumado a vacas caminando y comiendo basura, perros durmiendo, infinidad de moscas, gente orinando por cualquier pared y un terrible acoso al turista para ofrecerte todo tipo de cosas.
También se mezcla con todo esto la oferta de servicios y venta callejera: desde el barbero y peluquero en la vereda, pasando por los clasicos lustra zapatos, puestos de frutas y comidas, hasta los llamativos servicios de pesaje, donde un simpático Hindú te ofrece su balanza para pesarte.
Para terminar este breve resumen de lo que vimos en minutos hay que agregar a la enorme cantidad de gente pobre que se ve tirada/deambulando por la calle y muchísimas personas con malformaciones u amputaciones, probablemente por accidentes dadas las malas condiciones de transito y la falta de prevención contra accidentes en general. Hay que nombrar también que, a diferencia de Egipto, el semasforo aquí es respetado, con lo que el tránsito es mínimamente más ordenado.
Luego de este resumen podrán imaginarse que el cambio de Londres a Delhi fue importante. Aún así, seguimos con nuestro viaje. Terminamos el primer día pasando por la Indian Gate (puerta en forma de arco que conmemora a los Hindues caidos en las guerras), el parlamento, edificios de la época Británica y parques aledanios.


El segundo día no pudimos hacer demasiado ya que por ser lunes las cosas que queríamos visitar estaban cerradas.
El tercer día por fin pudimos ir al Red Fort (primer fuerte que vemos de la epoca de los Mughal, el imperio musulman que dominó India antes que los Británicos), viviendo también nuestro primer viaje (previo al infaltable regateo) en moto-Rickshaw. El fuerte es muy grande, aunque gran parte está ocupada por los militares. Está muy bien cuidado y limpio, así que fue como un recreo después de ver tanta porquería... Con esta primera visita a un lugar turístico en India, empezamos a vivir las miradas constantes y sin discreción de los Hindues, mayormente de los hombres, hasta llegar al punto en que varios grupos pidieron sacarse fotos con nosotros!!! Con el tiempo nos dimos cuenta que no son locales, sino más bien Hindues que también están de turismo y no están para nada acostumbrados a ver blancos en vivo y en directo.

Después de eso caminamos hasta la Jama Masjid, la mesquita más grande de India, con capacidad para 20000 personas. Esta fue la primer mesquita a la que entramos en nuestra vida! La verdad que no nos sorprendió demasiado (suponemos que tendremos que visitar paises árabes para ver mesquitas más vistosas).
Para seguir adaptándonos al medio, tomamos otra Rickshaw para ir a Qutab Minar, la torre de piedra más alta de India. También de época Mughal, la torre está rodeada de ruinas, una mesquita y los restos de una segunda torre sin terminar, pero que hubiera sido muchísimo más grande.
Ahí contratamos otra Rickshaw (ya somos expertos en esto del regateo!) que nos llevó de vuelta a Conaugh Place, pero pasando primero por el Lotus Temple (templo Hindú con forma de flor) y la tumba de Humayun (sólo la vimos de afuera).
Durante estos primeros días tratamos de mantenernos alejados de las comidas y bebidas raras. Ya era suficiente con el cambio de habitat.
El cuarto día, por la mañana entramos por primera vez a un templo Hindú, cercano a nuestro hotel. Hermoso, muy trabajado, limpio y delicadamente decorado. Lamentablemente no se pueden sacar fotos adentro.
Cerca del medio día, salimos en Rickshaw para la estación de Viejo Delhi a tomar el tren hacia Jaipur, el segundo punto del triangulo dorado (se completa con Agra).

Calculamos mal los tiempos porque la Rickshaw agarró por el medio de Viejo Delhi, donde las calles son muy angostas y está todo el mundo caminando por ellas, llevando carros tracción a sangre, bicicletas, vacas e infinidad de lo que nombramos anteriormente. Pensábamos que perdíamos el tren, hasta que nuestro chofer por fin nos entendió y empezó a acelerar las cosas. Por suerte llegamos 2 minutos antes que se fuera y pudimos librarnos de Delhi!

martes, marzo 11, 2008

Londres

Teniamos pensado ir en tren al aeropuerto, el primer tren salia a las 5:55 y llegabamos solo 1:20 horas antes del vuelo de British y en informes turisticos nos recomendaron que con British estemos como mas tiempo, asique decidimos ir en taxi.
El dia comenzo bien temprano, a las 5:30 am, saliendo hacia la terminal de trenes (a dos cuadras del hostel) en busca de un taxi. La segunda opcion era el tren, pero por suerte no hizo falta ya que conseguimos sin problemas y en 30 minutos estabamos en el aeropuerto.
Hicimos el check in y embarcamos todo en horario. Cuando estabamos listos para salir el comandante informo que habia demoras. Mas tarde informo que las demoras se debian a un problema en el avion que les impedia volar a la altura programada y tenian que reprogramar la ruta y llevaria un tiempo. Entre avisos y avisos terminamos saliendo 3 horas mas tarde y a todo esto ya estabamos todos embarcados, un embole.


Deby, nuestra amiga en Londres, nos esperaba en su casa y no tenia forma de saber de la demora. Por suerte una azafata me presto el celular y le pude enviar un mensaje para avisar.

El vuelo fue bueno y duro lo esperado. Cuando fuimos a retirar las mochilas la de Ari aparecio en seguida, pero la mia no venia. La cinta siguio dando vueltas con las mismas valijas por bastante tiempo hasta que decidi ir a hacer el reclamo porque la hacia perdida. Averiguaron y no la encontraron. Comence a llenar el formulario de reclamo, con la direccion de la casa de los chicos para que nos la envien. En un momento el señor me dice, ponga tambien la direccion de su residencia por las dudas y ahi en un segundo me hice la pelicula que no la veia nunca mas por el resto del viaje.

Ari mientras se habia quedado en la cinta por las dudas, y mientras termina el reclamo aparecio en el equipaje de otro vuelo. Un poco desorganizados los de British.
Salimos finalmente del aeropuerto directo al Subte que nos dejaba a 2 cuadras de la casa de los chicos. Una hora mas tarde llegamos y ahi estaba Deby para recibirnos. El subte, o como lo llaman ahi Tube, es igual que en Sydney, cerca de la ciudad es subterraneo y en las afueras sale a la superficie como el tren.

Almorzamos con ella y despues salimos a dar una vuelta por Londres.

Nos tomamos el subte hasta Picadilly Circus y empezamos a caminar por el barrio Soho, Leicester Square, llegamos al la casa del parlamento, el Big Ben, Westminster Abby y cruzamos el Thames para ver el London Eye.


Cuando ya era de noche y por recomendacion de Deby fuimos a ver las tienas Harrods iluminadas de noche. Mas tarde nos volvimos para la casa que ya estaria Dario de vuelta del trabajo. Los chicos nos recibieron de forma espectacular, nos sentimos como en casa. No solo por el tiempo que estuvimos con ellos, sino que ademas habian planificado todas las comidas y la heladera estaba llena para no que nos falte nada. Realmente espectacular.

El segundo dia arrancamos por la Catedral de San Pablo, fuimos a tomar algo al museo moderno Tate en el septimo piso con vista a la ciudad.
De ahi a la London Tower, donde hubo un guia caracterizado explicando algo de historia y ademas vimos las joyas de la corona, con todo el oro y piedras preciosas que se puedan imaginar.


Para la tarde nos quedo el museo britanico, con salas de todas partes, Europa, Egipto, Grecia, America, Africa, etc. Una de las cosas mas impresionantes fue ver que tienen practicamente TODO el partenon de Grecia en su museo, increible !!! A la noche Dario preparo Tacos, muyy ricos.


El viernes empezamos con el cambio de Guardia de la Reina en el palacio de Buckingham. Estaba lleno de turistas, era poco lo que se podia ver y toda la ceremonia duraba como 45 minutos, asique no nos quedamos a verla todo. Vimos cuando la guardia se preparaba para el cambio al frente del palacio, la entradas de la banda y la nueva guardia y la guardia montada.
Cruzando por el Green Park nos tomamos el subte hasta la zona financiera y de ahi a Greenwick, a ver donde se encuentra la famosa linea del meriadiano de Greenwick y el observatorio, algo diferente a todo lo que veniamos haciendo.
Mas tarde nos encontramos con dario a la salida del trabajo, recorrimos un poco la zona y nos fuimos a cenar con Deby y otro amigo de ellos, que tambien estaba de vacaciones en Londres, a un restaurant italiano.


El sabado a la mañana no hicimos mas que desayunar tranquilos con los chicos y preparar las mochilas para salir hacia India al mediodia.

Roma y la cuarta maravilla!

Salimos para Roma en tren desde Florencia a las 6 de la mañana del 22 de febrero. El tren era de los lentos, así que llegamos cerca de las 10 a Roma Termini, donde nos tomamos el metro hasta el Bed&Breakfast que habíamos reservado previamente.

El hotel estaba muy lindo, impecable. Dejamos todo y nos fuimos a conocer un poco Roma. Aprovechando la cercanía al metro y que el día estaba lindo, empezamos por la plaza España. Nos desilucionamos un poco con los escalones, ya que esperábamos algo florido como se ve en las fotos. Encima el monolito que está delante de la iglesia a la que permiten llegar los escalones estaba en arreglo (algo que parece repetirse en las ciudades más turísticas de Europa a esta altura del año...).

A continuación caminamos hasta la plaza Popolo, que tiene bastante verde en una de las puntas, una fuente a cada lado, un monolito de Ramses II traido de Egipto en el medio de la plaza y esfinges egipcias todo alrededor.
Seguimos caminando y pasamos por el Panteon y luego la fuente de las tortugas.
De ahí fuimos a plaza Novona, donde la fuente más importante estaba en arreglo, lo que le quitaba bastante brillo.

Para cerrar el día y asegurar nuestro regreso a Roma, fuimos a la Fontana de Trevi a tirar unas monedas.
El segundo día arrancamos caminando por una diagonal al costado de la iglesia San Giovanni, desde la que veíamos el plato fuerte del día: el Coliseo Romano. Llegamos al Coliseo después de una corta caminata y fuimos al parque que está a un costado para lograr apreciarlo de lejos. Después de unas fotos y mirar el Coliseo y el Arco de Constantino, al ver la cantidad de gente que se había juntado decidimos comenzar por el monte Palatino, una zona de ruinas Romanas que incluye una especie de jardín botánico antiguo y muy lindas vistas del Coliseo y el foro Romano. Además el monte es muy verde, tranquilo y bonito, así que aprovechamos para almorzar entre las ruinas.

Después de comer nos fuimos a entrar a la cuarta Maravilla de nuestra lista. Es enorme y bastante bien mantenido a pesar de los casi 2000 años de vida. Además, sorprende lo moderno de algunas cosas, como la gran cantidad de entradas, que los asientos fueran numerados, y que tuviera un sistema de poleas y toldos que permitía dar sombra a las tribunas.


En el centro hay más o menos un cuarto de piso de madera, para mostrar como era el piso original. Debajo de esto corren los pasillos por donde circulaban los gladiadores, animales y demás participantes de los eventos. ****

Para cerrar el día recorrimos el foro Romano y las diferentes ruinas que hay en la zona.

Los dos primeros días estuvieron muy buenos porque nos sirvieron para cortar un poco con la visita a iglesias, monumentos clásicos y museos, y ver un poco de ruinas más antiguas, fuentes y plazas que no vimos en los lugares anteriores.

Egipto 15 días después

Ya han pasado más de 15 días de nuestra estadía en Egipto y nos vemos en una buena posición de hacer un balance de aquel viaje.

Durante nuestros 15 días de estadía, además de apreciar las cosas que veíamos y vivíamos, nos empezamos a cansar un poco de varias cosas: el tumulto de turistas, la cantidad interminable de vendedores insistentes, los problemas de comunicación, que todos quieran sacarte ventaja, los problemas para conseguir información turística, etc. Con el correr de los días vemos que estas cosas han ido decantando y nos han quedado las cosas buenas.

Egipto es un lugar increible, único, con una inmensa cantidad y diversidad de cosas para hacer. La variedad de lugares es impresionante, pudiendo combinarse playa y relax en Dahab (el Sinai) y Alexandría, con ruinas y museos en el Nilo, sin contar los oasis en el medio del desierto (quedarán para otra vez?!?).

Además, para nosotros fue la primera vez en el mundo árabe y resultó una experiencia sumamente enriquesedora.

Conclusión: Egipto cubrió con creces nuestras espectativas!

lunes, marzo 03, 2008

Florence !

El pasaje de tren que sacamos para hacer Venecia-Florencia incluía un cambio de tren en Bologna, así que en la parada obligada conocimos Bologna.
En realidad, el paseo fue corto, porque el ambiente no era muy lindo (era a eso de las 10 de la noche), así que decidimos volver a la estación y quedarnos ahí.

Cenamos en el segundo tren, llegamos a Florencia cerca de media noche y fuimos derecho al hotel (cerca de la estación, e incluía compu en la habitación, tele con cable, cocina, etc.).


El primer día completo empezamos por la iglesia Santa María Novella, de estilo gótico, con varias pinturas de Florentinos famosos de la época del renacimiento y con un cementerio en la parte de atrás. Luego fuimos a plaza de la República, pasamos por el Mercado Nuevo (donde tiramos monedas en el jabalí que se supone cumple los deseos) y cruzamos el puente Vecchio (el más viejo de Florencia).

Pasamos por el palacio Pitti, la iglesia de Santo Spirito y volvimos a cruzar el Arno por el puente Alla Carrarra.


Vimos el palacio de Corsini y el Strozzi por fuera, y llegamos
a la Plaza de la Signoria, una especie de museo al aire libre, que incluye una copia del David de Michelangelo y la fuente de Neptuno, entre otras esculturas.


Alrededor de la plaza se encuentra el Palacio Vecchio, el museo Uffizi y una zona cubierta pero sin paredes (loggia) con obras sorprendentes de Cellini y otros.

A continuación fuimos al Duomo, la imponente catedral de Florencia cuya cúpula fue diseñada por Bruneleschi.

Seguimos a la iglesia San Lorenzo, donde se encuentran las tumbas de muchos de los Medici (la familia más poderosa de Italia en la época del Renacimiento, y que fue en gran parte responsable de la grandeza artística de Florencia) y obras de Donatello.
Si el David de la plaza nos gustó mucho, el original que está en la Galeria de la Academia es indescriptible. La galería incluye además algunas otras obras de Michelangelo (las 4 esculturas sin terminar en las que se ve a que se se refería Michelangelo cuando decía que liberaba a las esculturas de la piedra).
Con esto terminamos el primer día, más que satisfechos.


El segundo día arrancamos por ver las tumbas de Galileo, Michelangelo y Macchiavelo en la Santa Croce.

Seguimos por el museo Bargello, un palacio muy viejo y pintoresco, con muchas obras interesantes incluyendo el David de bronce de Donatello (que estaba en restauración) y varias obras de Michelangelo y su escuela.

Para cerrar, luego de una pizza rápida en frente del Duomo, nos internamos en el Uffizi, la galería de arte más antigua del mundo, con la colección de arte de los Medici.
El edificio además tiene una arquitectura y decoración interesante y muy buenas vistas del Arno.


Ese fue nuestro breve e intenso paso por Florencia. Al día siguiente salimos por la mañana temprano en tren a Roma.



Mas fotos y videos aca


080220 - Florencia

Perdiendonos en Venecia

El vuelo Paris-Venecia fue nuestra primera experiencia con aerolínea de bajo costo por Europa. En un principio la idea era ir en tren pero Paola y Rodo (nuestros amigos en Madrid) nos habian recomendado que analicemos esta alternativa que es mas rapida y en muchos casos mas economica tambien.

El vuelo salió con demoras, pero aún así fue mucho más rápido que en tren. Llegamos a las 10 de la noche al aeropuerto de Venecia (en la parte continental) y en menos de una hora, entre espera y viaje en micro, estábamos en plaza Roma, en las islas (Venecia está compuesto por 118 islas en una laguna).
Ahí pedimos algunas indicaciones (está bárbaro lo fácil que es comunicarse en Español-Italiano) y, después de caminar un ratito, cruzar el gran canal y un par de puentes más llegamos a la zona de nuestro hotel.

Nos mareamos un poco para encontrar el hotel, porque por lo que nos explicaron luego de preguntar, la zona tiene un nombre (por ejemplo, el nombre del canal que pasa por ahí), y la numeración varía para las distintas direcciones y callecitas, por lo que tenés que ir probando en cada dirección hasta pegarle a la altura que necesitás. Luego de esta aclaracion y de caminar unas cuadras encontramos el hotel, dejamos todo y nos fuimos a caminar por la noche Veneciana.


Fuimos al puente Rialto, uno de los 3 puentes que cruzan el Gran Canal, y caminamos un poco por una especie de avenida (el transporte en Venecia es únicamente peatonal o por agua), cruzándonos con bastantes turistas teniendo en cuenta que era la madrugada.


A la mañana siguiente compramos el ticket de tren a Florencia en la estación de tren, que queda en la punta del Gran Canal más cercana al continente. De ahí nos tomamos un "Vaporeto" hasta la Plaza San Marco, en la otra punta del canal, que dá a mar abierto.
El Vaporeto va siempre por el Gran Canal, parando cada 300 metros más o menos.

En Plaza San Marco, la única plaza oficial de Venecia (muy linda, grande, con unas columnas con estatuas enormes y lleeeeeeena de palomas), están la basílica, el campanario, una torre con un reloj muy lindo, un par de museos y el Palacio Ducal.
Después de sacar unas fotos en la plaza, entramos en la basílica (a diferencia de España y Francia, los pisos son muy trabajados y la fachada es toda colorida).



Luego entramos al palacio Ducal, donde durante cientos años vivieron los Duques (una especie de gobernador-Emperador) del imperio Veneciano, desde el 1200 hasta la caida del imperio.

El palacio, además de ser muy grande y super decorado, nos sirvió para aprender un poco más de la rica historia de Venecia. Sorprende la similitud del modelo de gobierno con los modelos actuales, aunque siempre limitado a la aristocracia y a los que venían de familia veneciana (mmmm... parecido a ahora?).

La sala más grande del palacio se utilizaba para discutir los temas más importantes con todos los hombres que vivían en Venecia y con antepasados Venecianos. En total entraban 2500 personas! Todo esto en un salón sin columnas... El palacio además servía para todo el aparato judicial y hasta tenía la carcel adosada.
Para llegar a la carcel cruzamos el "Puente de los Suspiros", llamado así porque desde las ventanas del puente se pueden ver los canales y se suspiraban al ver la libertad por última vez.


Después del palacio subimos al campanario, donde tuvimos una vista completa de la ciudad, y de ahí nos fuimos a comer la primera pizza italiana antes de seguir recorriendo.


A la tardecita fuimos a la iglesia de San Polo y a Santa María Gloriosa del Frari, a apreciar un poco de arte veneciano (obras de Titán y por primera vez una escultura hecha por Donatello). A la primera en realidad entramos por error, pensando que era la segunda.

El resto de la tarde lo dedicamos a pasear y perdernos por las callecitas de Venecia. Es sorprendente como te tenés que dejar llevar y guiarte sólo por los carteles amarillos que aparecen en algunas esquinas indicando para donde quedan los puntos de referencia (la estación de tren en una punta, puente Rialto en el medio y plaza San Marco en la otra punta).


A la noche ya estábamos en el tren rumbo a Florencia, vía Bologna, pero todavía impresionados por la belleza de Venecia.


El resto de las fotos y videos estan aca

080218 - Venecia