viernes, febrero 22, 2008

U la la, Paguis!

En la mañana del 13 llegamos al aeropuerto de Orly en París, y en menos de una hora (en tren) llegamos a Gare du Nou, una de las estaciones terminales en el centro de Paris. Dejamos las mochilas en los armarios de la estación y nos fuimos a recorrer, haciendo tiempo de paso hasta la noche que llegaba José (quien nos iba a alojar). Aprovechamos la cercanía para ir a Montmartre. Entramos a basílica Sacre Coeur y también apreciamos la vista de Paris desde la colina donde se encuentra, que es uno de los puntos más altos de la ciudad.

Seguimos en el barrio, pasando por la plaza Du Tertre, donde hay un montón de pintores y cafecitos todo alrededor (estilo la plaza de San Telmo...).

La plaza de Abessess (donde está una de las únicas estaciones de metro originales... lo sufriríamos más adelante con la escalera caracol interminable para salir del metro!) y vimos uno de los molinos antiguos del barrio (Moulin de la Galette).
Terminamos pasando por el Moulin Rouge antes de irnos a la zona de la Opera Garnier y apreciar su arquitectura. Para cerrar la recorrida fuimos a ver la iglesia Madelaine y la plaza. La iglesia es de estilo griego muy distintas a las que veníamos viendo.



De ahí nos fuimos a caminar un poco por el centro y después a encontrarnos con José en un bar cerca de la casa. Al final estaba con dos amigas (Silvia, también española y otra alemana) y terminamos yendo los 5 a comer una picadita española a la casa Silvia. Lo pasamos muy bien y comimos bárbaro: un jamón serrano, salmón, aceitunas y demás cosas traidas de España! Después de eso fuimos a la casa de José y a dormir derecho prácticamente.


El segundo día (medio nublado y fresco) fuimos a ver el Arco del Triunfo, imponente.
Después encaramos rumbo al Palacio de Chailliot y los jardines de Trocadero, pero primero tuvimos nuestro encuentro con el Sena y detrás, la torre Eiffel!

Después de pasear un poco por los jardines cruzamos el Sena y fuimos a ver la torre de cerca. Por suerte cuando pasamos del otro lado el sol detás de las nubes no molestaba tanto y pudimos apreciarla un poco más.

A continuación (y medio muertos de hambre) nos fuimos a ver el Domo (ya lo habíamos visto de un par de veces de lejos, porque es enorme y todo dorado, por lo que llama mucho la atención). El Domo se encuentra delante del hotel de los inválidos (construido para albergar a los heridos y veteranos de guerra), donde ahora se encuentra el museo de las Armas. Comimos algo en la confitería y nos metimos en el museo de Armas.
El museo es completísimo, cubriendo desde la edad de piedra hasta la segunda guerra mundial. Pudimos ver desde armaduras y armerias medievales, hasta máscaras protectoras contra armas quimicas de la primera guerra. Muy recomendable.
Antes de meternos en la parte de la primer y segunda Guerra (en otro piso), nos fuimos al Domo, una iglesia en la que están los cuerpos de Napoleon Bonaparte, sus descendientes y algunos generales importantes. La tumba de Napoleon ocupa el lugar central y está realmente a la altura del personaje (aunque paradójicamente está debajo del piso principal...), con 5 ataudes uno adentro del otro, el último de un tamaño y trabajo considerable.

Volvimos al museo a terminar la parte de las guerras mundiales, pero nos quedamos en la mitad porque cerró. Decidimos ir para el barrio Latino a buscar hotel para la noche siguiente.

Para terminar el día (de los enamorados), fuimos a comer comida francesa a un restaurante por Montmartre.

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