sábado, mayo 10, 2008

Shanghai, una ciudad nueva

El 11 de Abril almorzamos rápidamente en lo de Mama y nos fuimos en camioneta al aeropuerto rumbo a Shanghai. Nos enteramos en el avión que hacia escala en Kunming y parece que los amuletos que nos regaló Mama para que tengamos buen viaje no funcionaron, porque la parada de una hora tuvo demoras de más de 2 y, como en Egipto, durante la espera para el segundo tramo vimos por la ventana como sacaban equipaje del avión... Cuando llegamos a Shanghai en la cinta de equipaje aparecieron unas 20 valijas (el avión iba lleno...) y al rato se presentó personal de la aerolínea (Eastern China) a decir que teníamos que hacer el reclamo de equipaje, que había quedado en Lijiang. Después del reclamo (a diferencia de Egipto nos mandaban las cosas sin cargo al hostel) partimos en cole (no muy parecidos a los de Nepal, con tele, aire acondicionado y limpios) hacia el hostel, en la zona céntrica de Shanghai, con una larga y ancha peatonal y carteles luminosos por todos lados.
El hostel resultó muy lindo, con una habitación del tamaño de todo nuestro depto en Sydney y todas las comodidades. Cenamos en el resto del hostel, charlamos con algunos latinos (Argentinos, Colombianos y Chilenos) y después de media noche llegaron las mochilas.

Al día siguiente comenzamos nuestro breve pero intenso recorrido por Shanghai: caminamos por la zona antigua, The Bund (la costanera donde están todos los edificios de la época en que los Europeos "controlaban" Shanghai) y disfrutamos la vista de Pudong, la zona nueva que está al otro lado del rio y tiene los edificios más impresionantes.



Fuimos a la parte antigua de la ciudad (llena de negocios y puestitos, con edificios de estilo antiguo pero muy nuevos) y a un jardín estilo Chino (Yuyán Gardens) en el medio del quilombo.


Después de volver a The Bund para ver Pudong de noche (hay hasta pantallas gigantes que ocupan gran parte de los edificios y pantallas enormes en barcos que van pasando por delante de la costanera, todos proyectando propagandas), nos fuimos en metro (lejos el mejor metro que usamos hasta el momento, con información en Mandarín y Chino, muy limpio, nada de ruido y rapidísimo) a ver un show de acróbatas Chinos, cerca de la zona francesa (hermosa, con luces en los árboles, calles muy anchas y edificios muy elegantes).
El show de acróbatas estuvo increible y duró lo justo como para no aburrir. Después de eso fuimos a un restaurante cantonés que estaba enfrente del teatro y de vuelta al hostel.


El segundo día cruzamos en ferry a Pudong y en seguida nos tomamos el típico micro turístico que da vueltas a la ciudad. No hay demasiado en esa zona más que edificios altisimos (los más altos de China, con 480 metros) y con formas muy raras (un par de globos terraqueos gigantes y la Oriental Pearl Tower, con 3 pelotas enormes con restaurantes y museos).


Después del almuerzo nos separamos: Mari se fue a cortar el pelo y yo me fui al museo de Shanghai (gratuito y muy interesante). Lamentablemente no lo pude recorrer todo porque a la tarde salíamos para Xian, y perdí una hora en la cola para entrar...


Nos encontramos en el hostel a las 4 (ninguno se perdió, por suerte) y tomamos el metro hasta la estación del tren. Ahí tomamos por primera vez un tren de alta velocidad! En menos de 10 minutos recorrió los 30Km hasta el gran aeropuerto, donde nos embarcamos rumbo a Xian.

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